El hogar ideal
Autor: Nordy ML
En los 90´s llegue a la ciudad de Morelia, yo aún era muy pequeña, pero recuerdo lo mucho que me gustaba vivir cerca del Venustiano Carranza para ir a clases de natación en su alberca (que en aquella epoca estaba al aire libre), me encantaba caminar por toda la Av. Acueducto hasta llegar al Bosque Cuauthemoc y comprarnos con mi familia un rico gaspacho. En esa zona rentabamos, hasta que mi mamá nos dijo que compro una casa en las afueras de la ciudad, la constructora que le vendió, tardó más de un año en entregarnos, ya que tuvieron muchos retrasos durante el proceso de construcción, hasta que finalmente nos fuimos a ese fraccionamiento tan lejano, les confieso que yo no me quería ir de la casa donde estaba, por los amigos que ya había hecho, pero sobre todo porque ya no podría ir a nadar y jugar al Venus con mi perra Niebla.
Pero bueno, así lo decidió mi mamá y nos fuismos a ese lugar tan lejano llamado Fraccionamiento Diego Rivera. Estaba tan lejos mi casa, que yo era la última en el transporte escolar, atrás de mi casa ya no había nada más que las vías del tren y muuuuucho campo para explorar. Pronto me enamoré de esta nueva casa, me acostumbré a ser la primera en levantarse para que me recogiera el transporte escolar, me acostumbre al largo camino para ir al Bosque que tanto me gustaba y al centro, pero lo que más me gusto fue hacer nuevos amigos y amigas (mis vecinos), que se convirtieron en mi segunda familia y con los que viví muchas aventuras y tengo los mejores recuerdos de mi niñez, adolecencia y juventud.
Conforme fueron pasando los años, todas esas zonas que nosotros usabamos para jugar, se fueron llenando de nuevas colonias y/o fraccionamientos, la ciudad siguió creciendo y de pronto mi casa ya no estaba en las orillas. Cuando de jóven me independice y mientras estuve rentando me mantuve cerca del centro y de las zonas en donde tenia mis principales actividades, pero cuando ya inicie mi propia familia, supe que ya era momento de hacerme de mi primer vivienda. Sobre todo porque para ese entonces (2006) iniciaba mis pininos en venta de casas con una empresa constructora llamada HOMEX Hogares Mexicanos. Así que decidí comprar en uno de los fraccionamientos que ellos construián, cabe señalar que para ese entonces, la ciudad ya había crecido bastante y las orillas de Morelia en la zona norte por ejemplo, eran en desarrollos como Cumbres del Campestre, Erandeni, Galaxia, Metropolis, Hacienda del Sol. Hacía el Poniente San Juanito Itzicuaro, Villas del Pedregal, etc. No me daban nada de ganas irme taaaan lejos, pero no quedaba de otra, ya que sólo para esa zona alcanzaba. Pase por el mismo momento de reacomodo en mi rutina familiar (como cuando era pequeña en mi primer mudanza) por la distancia y la falta de cercanía con servicios básicos, sin embargo, el crecimiento poblacional natural de la ciudad generaba más demanda de vivienda, lo que provoco que rápidamente se empezaran a instalar todo tipo de negocios, escuelas, centros médicos, etc., hasta el punto de que ya no había mucha necesidad de salir hacia el centro, porque acá todo lo teniamos.
Pasaron los años, mis hijos crecieron y de nuevo me encontré en el punto de hacer otro cambio de planes en cuanto al patrimonio familiar, ya que tenia dos caminos; ampliar mi casa actual o adquirir otra vivienda más grandes que cumpla con las necesidades de mis hijos adolecentes.
Todos tenemos este tipo de historias en nuestra vida, en la que nuestro hogar lo vamos llevando de un espacio a otro, de acuerdo a nuestros proyectos de vida, intereses y/o sueños. Lo que te quiero compartir, es que lo importante no es sólo el espacio físico de una casa y la ubicación que éste tenga, sino el que lo podamos convertir en nuestro hogar, adecuandolo a nuestras necesidades y estilo de vida.
Cuando buscamos una casa, es fácil caer en la tentación de querer vivir en la zona que en ese momento consideramos ideal, sin embargo, como asesora inmobiliaria, siempre les recomiendo a mis clientes que mantengan una mente abierta y se ajusten a su presupuesto. A veces, comprar en una zona que no estaba en nuestros planes o elegir una casa que parezca pequeña puede ser la mejor decisión a largo plazo.
Las ciudades, como Morelia, crecen y se desarrollan constantemente. Lo que hoy puede parecer una desventaja, como la distancia o la falta de servicios, en un corto o mediano plazo puede transformarse en una gran oportunidad gracias al desarrollo natural de la ciudad, lo que incrementa por ende la plusvalía de tu propiedad. Como asesora inmobiliaria les comparto a mis clientes que no se desanimen cuando no encuentran la casa en la zona que siempre han querido o con las características que siempre han soñado, lo más importante al adquirir vivienda, es que pueda ser tuya sin ahorcarte con las mensualidades o sobre endeudarte, porque ese lugar de ensueño, a la larga se puede convertir en pesadilla mientras cada mes te truenas los dedos por sentir que estás con una deuda impagable. ¿Sabes cómo te das cuenta que hiciste una buena compra? cuando al final de todo el proceso, estando en la firma de escrituras, te sientes tranquilo y no te ves como deudor de un crédito hipotecario, no te preocupa el pago de tu mensualidad porque no rebasa el 30% de tus ingresos y estás perfectamente conciente que ese 30% mes con mes te está convirtiendo en propietario de tu nuevo hogar y que éste va a crecer junto contigo y con tu familia.
Cuéntame que piensas tú, si actualmente estás en este proceso de búsqueda, me encantaría ayudarte y ser parte de tu aventura, checa nuestras opciones de PREVENTA y ENTREGA INMEDIATA, deja un mensaje para solicitar tu primera cita e iniciemos juntos la aventura.