¿Yo vendo o me compran?
Autor: Nordy ML
Seguramente todos alguna vez en nuestra profesión u oficio nos hemos sentido perdidos, como si de pronto aquello que disfrutabas y te hacía tan feliz, ahora te cansa, te estresa, te agovia y dejas de encontrarle un sentido;
¿por qué sigo haciendo esto?
¿realmente es importante o trascendente para otros esto que hago?
¿será que sólo el dinero es mi motivación?
¿realmente me quiero dedicar a esto toda mi vida?
Les quiero compartir que llevo toda mi vida laborar dedicada a las ventas, sé lo que significa pasar por baches en los que uno siente que pierde el rumbo, en el que te preguntas si de verdad vale la pena lo que haces y en esos momentos de duda puedes tomar decisiones apresuradas que te lleven por caminos que en realidad nunca has querido, pero que tarde o temprano te permiten redescubrir o replantearte lo que has venido haciendo en los últimos años en tu actividad profesional, si este proceso lo vives y experimentas con atención en tus emociones, con tus metas de vida bien definidas y lo relacionas con tu entorno no sólo laboral, sino familiar y personal, seguramente el resultado será que habrás encontrado tu IKIGAI: tu razón de ser.
Hace algunos años pase por mi primera crisis de cansancio en mi profesión como asesora inmobiliaria, de pronto sentí que me sobrepasaba, que ya no me sentía feliz haciendolo, que me quitaba mucho tiempo valioso con mis hijos, que en ese entonces estaban pequeñitos. Lo que me llevo a tomar la decisión de alejarme y dedicarme a otras cosas. Así pase por diferentes tipos de trabajos, lo interesante de esto, fue que justo experimentando otras actividades profesionales, se me iba haciendo más evidente que no había otra cosa que me hiciera más feliz y me permitiera sentirme orgullosa de mi mísma, que ayudar a una persona a cumplir una de las metas más importantes que todos alguna vez llegamos a tener: comprar tu primer casa propia. Lo más gracioso es que me pasaba mientras vendia otras cosas, en todo momento había una pequeña duda en mi, de si realmente aquello que les vendia mejoraba la vida de mis clientes, la verdad la respuesta no siempre era un SI. Y justo fue esto lo que me hizo regresar al sector inmobiliario, ya que es una actividad en la que al 100% me siento segura y convencida de que estoy contribuyendo con el crecimiento personal de mis clientes.
Me encanta mi trabajo, disfruto cada etapa con mis clientes, desde que les muestro las opciones de vivienda que tengo disponibles, les ayudo a solicitar o ejercer un crédito hipotecario, hasta la firma de escrituras y la mejor parte; hasta la entrega de su nueva casa😊 Sin embargo, existe una interrogante que me ha estado dando vueltas últimamente y la cuál me gustaría compartir con ustedes:
¿ME COMPRAN ó YO VENDO?
¿qué importancia tiene uno u otro para mi o para mis clientes?
VENDER Verbo transitivo. Traspasar a alguien por el precio convenido la propiedad de lo que se posee (Diccionario Real Academía Española).
COMPRAR Verbo transitivo. Obtener algo por un precio. (Diccionario Real Academía Española).
Al igual que los números, los conceptos o definiciones son frios, sin embargo, el proceso para la venta de una casa es totalmente lo contrario, ya que generalmente una transacción como está, significa el cierre de un ciclo y el inicio o parteaguas de otro ciclo de vida: independencia, matrimonio, nueva familia, divorcio, cambio de ciudad o trabajo, etc. Lo que definitivamente implica emociones como la duda, el miedo, inseguridad, etc. Como asesora inmobiliaria, parte de mi trabajo es entender esas dudas, miedos e inseguridades de cada cliente y cambiarselos por emociones más positivas, a través de información clara y precisa que los lleve a vivir su proceso de compra bien informados, que sea una experiencia relajada, emocionante y feliz.
Me parece que no se trata sólo de VENDER o COMPRAR un simple producto, se trata de ayudar a todos aquellos que deseen visualizar una vida más próspera y abundante para sí mismos y sus familias, que es justo lo que te da una propiedad, te brinda la tranquilidad de que proteges a los que más quieres, bajo un techo que les da abrigo, en donde se crean los mejores recuerdos de la infancia, el espacio donde entiendes el sentido de pertenencia, pero no a un bien material, sino la pertenencia a un núcleo familiar, tu tribu. No importa si en este momento pueden hacerlo realidad o no, el tema es que realmente lo quieran hacer y me permitan acompañarlos en el proceso, porque justo de eso se trata mi trabajo: acompañar.
Cuentame qué piensas, si estás justo en el momento en que necesitas inicir un nuevo ciclo en tu vida, comparte con familiares y amigos que sepas que les podría servir este texto para que tomen acción y por fin puedan cumplir la meta de tener su propio hogar, sera un placer acompañarlos en el proceso.